Andolini había decidido pasar unos días en Londres para descubrir la ciudad y sus numerosos atractivos. Mientras paseaba por las calles de la ciudad, se fijó en una tienda de ropa interior que le llamó inmediatamente la atención. Decidió entrar y fue recibido por un joven que se presentó como David, creador de la marca de ropa interior Sinnerwear.
Andolini quedó inmediatamente intrigado por el encanto y la determinación de David, que hablaba con pasión de sus diseños y de su visión de la moda. Le mostró algunos ejemplos de ropa interior de la marca, confeccionada con materiales de alta calidad y con diseños originales y elegantes. Andolini se sintió inmediatamente atraído por la marca y decidió tomarse unos minutos con David para hacerse su propia prueba. Andolini aprovechó la ocasión para mostrar las curvas de su marca. Tras sentir el ardiente deseo de David, decidió comprarse varios artículos y se marchó.
Esa noche, en su habitación de hotel, Andolini no pudo evitar probarse de nuevo su nueva ropa interior. Entonces descubrió que David había puesto su número de teléfono en el reverso de la factura.
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